FUENTE: el1digital.com.ar

Yamil y Vladimir Czabanyi construyeron, en su taller del Barrio Pompeya, en Merlo, la réplica del Alpine A525 de Franco Colapinto en tamaño real. “Hay mucha gente que no nos cree que es impresión y tenemos que mostrarle el proceso de armado para que lo confirmen”.

Cuando en mayo de este año les pidieron una réplica exacta del Alpine A525 de Franco Colapinto para utilizarlo como un simulador de realidad virtual, Yamil (46 años) y Vladimir Czabanyi (23) comenzaron a pensar en cómo lo harían.

Padre e hijo vienen trabajando con simuladores desde hace algunos años, como también en la fabricación de autos a escala con fibra de vidrio. Pero este era un pedido especial, porque el auto debía ser igual al Fórmula 1 del argentino y, por algunos detalles, debían usar materiales más resistentes.

“Había elementos, como las branquias del cubremotor, que no las íbamos a poder hacer en fibra. Entonces decidimos hacer todo en impresión 3D”, cuenta Vladimir en charla con El1.

Con un plazo de tres meses para realizar el trabajo, los Czabanyi trabajaron 16 horas por día, todos los días, en el taller de seis por seis que tienen en el Barrio Pompeya de Merlo. “Cuando estábamos en el medio del proyecto, medimos el ancho del auto y nos dimos cuenta que no iba a salir por la puerta del taller”, revela.

“Por eso le pusimos unos largueros de caño, para tumbarlo a 90 grados y poder sacarlo. También una base de madera de 18 milímetros, reforzado con metal”, dice el joven que había empezado a estudiar Ingeniería electrónica en la Universidad Nacional de Moreno, pero que dejó para trabajar junto a su padre.

Igualito al de Franco
El Alpine de impresión 3D mide 5.70 metros de largo y dos de ancho, pesa entre 150 y 180 kilos y se lo podrá encontrar en eventos. “Lo presentamos en Autoclásica y allí lo vio y se subió Aníbal Colapinto, el papá de Franco, quien nos felicitó porque es muy parecido al original”, expresa Vladimir.

“Hay mucha gente que no nos cree que es impresión y tenemos que mostrarle el proceso de armado para que lo confirmen. No fue sencillo, cada elemento tuvo su proceso, fue prueba y error, pero quedó muy bien. O por lo menos así nos lo hacen saber”, indica.

Para conocer los trabajos de los Czabanyi o contactarse con ellos, pueden hacerlo a través de las redes sociales: Vladimir Czabanyi o Video Works.