FUENTE: diariohuarpe.com
Por Ángeles Irusta
I3D San Juan es punto de referencia en insumos, repuestos y mantenimiento de impresoras 3D. Se trata del emprendimiento que inició José Saball con un proyecto de robótica que hoy cuenta con una importante comunidad de usuarios.
Todo comenzó en 2018, con un proyecto de robótica para escuelas de aplicación didáctica. Se trató de Robustito, un kit de robótica de numerosas piezas a través de lo cual descubrió la impresión 3D. Y así, entre ensayo y error para fabricar las piezas, José Saball se adentró en este apasionante mundo que saltó de lo didáctico a lo comercial y hoy lo posiciona con un local que es punto de referencia en insumos, repuestos y mantenimiento de impresoras 3D. Se trata de I3D San Juan, ya un sitio de culto para quienes se dedican al uso de esta tecnología con diferentes aplicaciones.
“Cuando surgió Robustito, la impresión 3D se convirtió en nuestra herramienta de trabajo y nos encontramos que requeríamos de insumos como los filamentos para impresión 3D, los cuales no tenían mucha oferta en la Argentina”, recordó José. Así, con su socio Facundo Vila, comenzaron a traer a San Juan todo el filamento disponible que pudieran. En el camino, se encontraron con muchas otras personas que también lo necesitaban y así fue como ese modelo de negocios viró más hacia lo comercial y vinculado a la provisión de insumos.
La pandemia y el cierre de las escuelas hizo que el espacio de inserción del kit de robótica quedara en stand by hasta este año. En forma paralela se impulsó el crecimiento de i3D San Juan, que de a poco se fue consolidando en lo de los insumos para impresoras 3D.
En ese marco, los filamentos de polímero están al tope de lo más requerido en el mercado, ya que es la materia prima para cualquier diseñador.
“Los filamentos son el insumo que requieren las impresoras 3D para materializar el objeto del diseño digital. El más popular es el filamento de polímero, pero también hay resina polimérica, en cualquiera de los casos, en la tecnología de impresión 3D se llama modelado por deposición”, explicó Saball.
Lo cierto es que a partir de este espacio que disparó numerosas consultas entre los diseñadores que comenzaron a surgir en San Juan, dio lugar a la conformación de una comunidad que hoy reúne a cerca de 600 miembros. En ellas confluyen quienes tienen y trabajan con una impresora 3D, así como también los curiosos. Se trata de una de las comunidades más activas que existen en el rubro, y representa un espacio de consulta y experiencias que resulta fundamental en este camino tecnológico.
Según Saball, la comunidad está integrada por grupos de WhatsApp (“REPRAP cuyano”, el movimiento que trasladó la tecnología de impresión 3D a nivel de usuarios comunes, “REPRAP 2” y un tercer grupo orientado a la impresión con resina), en estos grupos solo pueden pertenecer aquellos que cuenten con la impresora. “Se estableció esta regla, para poder aprovechar los conocimientos que se transmiten y no desvirtuar el grupo, la idea es el aprendizaje constante y el intercambio de experiencias”, explicó la fuente.
También hay grupos de Telegram, pero esos son más abiertos al público general y curiosos.