FUENTE: tn.com.ar
AUTOR: Gustavo Rodríguez*
Las situaciones geopolíticas actuales generan distintos desafíos para las industrias: uno de ellos es la reposición y abastecimiento de materiales y repuestos que se torna cada día más compleja e incierta. Esto plantea la necesidad de repensar alternativas en el modelo de negocio, en donde cabe preguntarse ¿Cuál es el valor agregado de un repuesto? ¿Es el diseño, su reposición o es su manufactura?
En este aspecto, las tecnologías de impresión 3D resultan una excelente solución para resolver – por ejemplo – el faltante de repuestos de una maquinaria que, en otras circunstancias, obligarían a frenar la producción. No solo eso, sino que genera grandes beneficios en la simplificación de los procesos.
Siguiendo con esta idea, hasta hace pocos años, si a una empresa se le rompía un repuesto o una pieza, debía esperar 10-15 días como mínimo para importar su reemplazo o, inclusive, tenían que construirla con métodos tradicionales. Esto implicaba asumir el consiguiente impacto en la producción o en los costos necesarios debido al faltante.
La impresión 3D llegó para simplificar soluciones
Gracias a esta nueva herramienta, con solo tener los planos de diseño y los materiales de construcción (que son std), es posible imprimir el repuesto y solucionar el inconveniente. Esto nos permite encontrar en la web muchísimas empresas que ofrecen el servicio de impresión 3D usando distintos materiales, con diferentes números de unidades, con la calidad requerida para el producto y en los tiempos que necesitamos.
Ya es un hecho que, en estas páginas web también encontremos producciones masivas de piezas -ya no como un repuesto o piezas única – sino para entregar volúmenes considerables. Por otro lado, también encontramos empresas que han basado su sistema productivo en las impresoras 3D. Estas se denominan “granjas de impresión 3D” y si las visitamos podemos encontrar grandes espacios, repletos de máquinas impresoras, donde el operador solo se dedica a reponer el material y retirar las piezas fabricadas. Es muy normal ver esto en componentes plásticos de piezas o carcasas en la industria del plástico y automotriz.
Cuáles son los roles que requiere la impresión 3D para ser aplicada
Es muy curioso, si analizamos el proceso vemos que esta industria convoca a ingenieros de todas las especialidades. Se necesitan ingenieros químicos, mecánicos, electrónicos, informáticos e industriales; todos ellos son imprescindibles, ya que permiten llevar a cabo lo que antes no se podía. En cada una de sus especialidades, se están creando cosas que hasta hace poco eran imposibles de pensar. Cada día se están inventando piezas y aplicaciones que son muy difíciles de implementar con las tecnologías y métodos convencionales. La impresión 3D es un claro ejemplo de que hay tecnologías que abren nuevos senderos y crean otros usos.
Uno de los grandes desafíos de los ingenieros industriales es conocer, manejar e imaginarse soluciones en base de la tecnología. Las personas con el talento adecuado y preparadas para enfrentar estos nuevos desafíos son las más demandadas en el mercado, porque son quienes están al mando de la creación e imaginando el futuro de todos.
El ingeniero industrial no solo está formado como un gestor de cambio, un integrador, un solucionador de problemas, sino que viene tomando un rol claramente protagónico en “la creación de problemas” para ser resueltos por la tecnología. ¿Por qué deben crear nuevos problemas? Para resolver paradigmas que optimizan o transforman las organizaciones, los negocios y la sociedad.
Respecto a este último punto, es fundamental que los jóvenes alimenten su imaginación desde sus inicios educativos, para luego poder crear y diseñar los problemas que van a transformar las organizaciones que lideran, ya que, los grandes resultados surgen cuando uno piensa que algo no es posible.
(*) Gustavo Rodríguez es director de la Carrera de Ingeniería Industrial del ITBA